EMPRESA
Somos una empresa sólida, muy reconocida en el medio local, gracias a más de 45 años de labor constante en el rubro inmobiliario, jurídico y notarial. Ponemos toda nuestra experiencia a su disposición para que pueda concretar satisfactoriamente sus espectativas. Puede confiar en nosotros.
Iniciamos nuestra actividad en el sector el 1o de abril de 1967, en Camino Maldonado 5073. Desde el 19 de junio de 1971 estamos en nuestro local de Camino Maldonado 4950 esquina Ródano, a una cuadra de la calle Veracierto, en el corazón del barrio Maroñas.
- · VENTA DE INMUEBLES.
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- · TÉCNICOS EN FRACCIONAMIENTOS Y LOTEOS.
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CAMINO MALDONADO N° 4950 esquina RÓDANO (a una cuadra de Veracierto) Código postal: 12100
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Montevideo – República Oriental del Uruguay
HISTORIA DE MAROÑAS
El nombre de Maroñas tiene su partida de nacimiento desde el tiempo de los españoles, a las tierras que pertenecieron a la familia del Visitador de la Renta del Tabaco y Naipes don Francisco Juan Maroñas, personaje de origen gallego. Según el historiador don Aníbal Barrios Pintos, don Francisco de Maroñas y Manteiga, natural de San Vicente de Labaña, en el arzobispado de Santiago en Galicia, habría venido por primera vez a la Banda Oriental como militar integrante del Regimiento de Mallorca, en el año 1765. Posteriormente se casó en San Carlos con doña María Espíndola, en el año 1774, y al año siguiente se habría establecido en campos de la zona de la fortaleza de Santa Teresa, donde criaba ganado en estancia ajena.
Años después don Francisco fue designado "Visitador de las Rentas del Tabaco y Naipes de Montevideo", cargo dependiente con el monopolio de la corona sobre esa actividad. Falleció por el año 1812, cuando el Virreynato de Vigodet, quien fue el encargado de informar a la corona de su fallecimiento.
A su vez, el gran historiador, profesor don Washington Reyes Abadie -de quien me cupo el honor de haber sido uno de sus alumnos, en el recordado "Preparatorio Nocturno" del Instituto Alfredo Vázquez Acevedo-, nos decía que don Francisco de Maroñas y Manteiga era titular de una "pulpería" ubicada con frente al camino de la Cuchilla Grande (hoy Avda. José Belloni), entre las calles Juan J. Rousseau y Manuel Calleros; y las carretas que viajaban por el Camino Real a Maldonado doblaban hacia lo de Maroñas por el camino de la Cuchilla Grande y hacían un alto en la pulpería; y que en muchas oportunidades lo hacían solamente para ver a las hijas de don Francisco, que gozaban de atractivo para los visitantes. En consecuencia la CURVA DE MAROÑAS, la verdadera, se ubica en la intersección de la hoy Av. 8 de octubre y la Av. José Belloni.
Luego de fallecido don Francisco, por el año 1834, una de sus hijas, Francisca Maroñas, viuda de Jerónimo de Olloniego, adquirió del dominio fiscal una chacra, ampliando de esa forma la extensa zona que lleva el nombre de la familia. Ordenando los hechos, tenemos en primera instancia la chacra de la familia del visitador de la Renta del Tabaco y Naipes, que le dio el nombre al paraje; posteriormente el agrimensor Demetrio Isola por el año 1873, delineó el Pueblo de Maroñas en tierras que para ese entonces eran propiedad del señor Carlos Masseaux, y en el año 1874 el mismo agrimensor hizo lo mismo con el barrio "Flor de Maroñas", en predios de la sucesión de Juan María Pérez, quien había adquirido una extensión muy importante de tierras que perteneciera a la chacra de Sebastián Carrasco.
En cambio "Jardines del Hipódromo" es un barrio muy posterior, por cuanto fue loteado y rematado por don Francisco Piria en al año 1926, conocido y denominado por mucho tiempo como el "campo de Piria".
Por el año 1836, doña María Francisca Maroñas, adquirió del dominio fiscal, más tierras en la zona, en la venta realizada por el Gobierno de la República, según la escritura otorgada por el escribano Manuel del Castillo, el 26 de marzo de 1836. Se destacaba en esa compra una extensa chacra delimitada por el camino de la Cuchilla Grande, hasta la actual calle Lisboa, el camino Maldonado hasta aproximadamente la calle Osvaldo Cruz, incluyendo el actual predio donde se encuentra el Colegio de Hermanas Notre Dame. En ese predio aún se puede apreciar un antiguo molino que se ha mantenido a través de los años como un auténtico testimonio de esa época.
Pasado mucho tiempo esa importante extensión de tierras, fue adquirida por la familia Caviglia, conociéndose por muchos años como la "Quinta de Caviglia"; iniciándose en la proa del Camino Maldonado y la Av. José Belloni; donde por muchos años también funcionó el café y bar "El Porteño", con su cancha de bochas, que fue un atractivo de los parroquianos que lo frecuentaban. Pero Maroñas tiene más historia, y según nos relata el historiador don Aníbal Barrios Pintos, por el año 1850 las carreras de caballos llamadas a "la inglesa", se desarrollaban en Piedras Blancas, en el paraje denominado Azotea de Lima, muy próximo a un saladero cuyo dueño se apellidaba Legris. Las carreras inglesas eran organizadas por un brasileño que se llamaba Joaquín Pereira Lima, de ahí el nombre de "Azotea de Lima", y que aún hoy día se mantiene en la calle que así se denomina.
Según testimonios de esa época, corrían excelentes caballos que venían de Buenos Aires y que convocaban mucho público, con la particularidad de que muchas personas podían alquilar caballos y correr en los intervalos.
Pero unos 17 años después se inauguró un nuevo circo para "carreras nacionales", de ahí el nombre de la calle que todos conocemos, recordando ese acontecimiento. Y en 1874 se inauguró el "Circo de Ituzaingó" que conocemos como HIPÓDROMO NACIONAL DE MAROÑAS.
La fundación del Jockey Club y del Pueblo Ituzaingó, creado por sus socios en el año 1888, impulsó febrilmente la actividad turfística, que durante años y generaciones se ha mantenido y continuado hoy dia, proporcionando trabajo de todo tipo a su entorno; sin perjuicio de la diversión de todos los que gustan de ese espectáculo.
El llamado pueblo Ituzaingó fue creado por aquellos pioneros de la aventura turfística de Montevideo. Se los recuerda muy bien, pues muchas calles llevan sus nombres; tales como Horacio Arecco, José Pedro Ramírez, Juan José Victorica, Pedro Piñeyrúa, José Shaw, Alberto Susviela Guarch, Francisco Sainz Rosas, entre otros.
Maroñas se fue ampliando con barrios que en el tiempo se fueron creando a su alrededor, y que fueron durante décadas sinónimo de trabajo, de industrias fabriles de gente laboriosa, de afincamiento de inmigrantes, destacándose españoles, italianos y armenios, que contribuyeron con su esfuerzo, consecuencia y perseverancia a solidificar su presencia, constituyendo familias honestas y de prestigio. Se multiplicaban las viviendas, los servicios, el progreso urbano, y el deporte sano y saludable sin contaminación alguna. Sin duda que nacional e internacionalmente, cuando decimos Maroñas, su nombre se identifica como el lugar del Hipódromo, levantado mucho después que el barrio ya existía.
La casa matriz de nuestro estudio se ubica en Maroñas, apenas una cuadra de la verdadera "Curva de Maroñas".